domingo, 3 de noviembre de 2013

La dimensión adecuada


Me propone un amigo mío que visite su blog y empiezo por leer un post en el que emplea la mortadela como metáfora de aquellos proyectos que se abordan sin mesura. A continuación leo lo que escribe sobre “el dinero suficiente”. Antes de seguir me paro y recuerdo el magnífico libro de Luis Racionero “El Mediterráneo y los bárbaros del norte”, en el que habla de los rasgos diferenciales de un pueblo civilizado. Junto a algunos tan propios del mundo mediterráneo como la ironía o la capacidad de alcanzar acuerdos, propone la idea de darle a las cosas su justa dimensión. El pueblo civilizado es aquél  en el que el tamaño de los proyectos del hombre es adecuado respecto a su capacidad de disfrutarlos con serenidad.

Ayer, una mujer que nunca ha salido de su pueblo me contó que planea viajar a Madrid con su marido y sus dos hijas pequeñas. No sabe mucho del viaje, porque lo han organizado otros, pero recuerda que van a visitar el parque Warner. Le sugiero que además dediquen una tarde a las barcas del estanque del Retiro. Que se note que vienen de un pequeño pueblo del Mediterráneo, en el que aún impera la elegancia de la dimensión adecuada. Creo que sus hijas no me lo perdonarán nunca. Preferirán ir a un gigantesco centro comercial de las afueras. ¿Será menos civilizado el mundo que les espera? A pesar de que prefiero el Retiro a la Warner, no lo creo. Solo será más complejo. Un lugar en el que será más difícil comportarse de manera civilizada.

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