De todas las frases en boga la que más me molesta es ésta, en la que el
autor del parlamento empareja la ocurrencia de turno con lo inexorable: “Y, como no podía ser de otra manera, haremos
esto o lo otro”, dicen, y a continuación plantean cualquier memez. Y me pregunto yo: ¿por
qué no podía ser de otra manera? ¿Por qué me cuelas de rondón tu paradigma, sin pedirme permiso? ¿Por qué no te molestas al menos en
justificar lo que me cuentas? Asumen que estamos de acuerdo con su opinión y la
sueltan sin despeinarse, apoyados en una
subordinada de sintaxis deplorable y utilidad nula. No será usted tan imbécil
de no pensar como yo; no pretenda que me canse explicándome, te están diciendo en el subtexto de su ridícula
muletilla. Pues bien, que se sepa: Las cosas podrían ser de otra manera. La realidad podría ser menos ramplona, menos acomodaticia, menos previsible. Las soluciones podrían ser menos obvias, más curradas. Empecemos por el lenguaje.
Mi hermana Sol cuenta esta frase en los informativos de la radio y la tele casi a diario. Y constata - ¡horror! - que la muletilla de marras se extiende y se extiende. Como la de colocar un "lo que es" delante del artículo y el sustantivo, que podrían y deberían ir solitos. Todo es para hacer tiempo, no saben lo que quieren decir...
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